Me gustaría empezar comentando que este texto está escrito con base en mi percepción personal de lo que observo que ocurre en relación a la gestión del agua en un entorno escolar. Durante los dos últimos años de trabajo en las escuelas de los entornos rurales de los municipios de los Altos de Chiapas (2023 y 2024) me ha llamado mucho la atención el uso que se le da a los recursos federales del programa “La escuela es nuestra”.
Cuando visitamos una escuela para la aplicación de un diagnostico técnico del Programa Agua Segura en Escuelas (PASE), este tiene un enfoque de Higiene, Agua y Saneamiento (ASH), y los resultados más frecuentes son problemáticas entorno a la falta y/o disposición del agua, así como su mala calidad, así como el estado precario de los servicios sanitarios o la nula existencia de estos.
En ocasiones estas escuelas tienen activa la gestión del programa “La escuela es nuestra” y destinan este recurso para temas de infraestructura como bardas perimetrales, canchas, domos y, en el mejor de lo casos, algún aula nueva. Dejando por un lado las problemáticas que afectan más directamente a la población estudiantil como lo es el acceso, disposición y calidad de agua, así como el mejoramiento de la infraestructura de los baños. Quiero mencionar que hemos encontrado escuelas con infraestructura de baños en buen estado que solo necesitan un sistema de captación de agua de lluvia, sistema bombeo o un sistema de almacenamiento para su correcto funcionamiento.
Sin embargo, los tomadores de decisiones del Comités Escolares de Administración Participativa (CEAP), no cuentan con un enfoque ASH, priorizando temas no tan pertinentes para garantizar el cumplimento al derecho humano al agua para las infancias en los entornos escolares. Como este ejemplo podríamos encontrar muchos otros en las realidades de las escuelas de los entornarnos rurales de la zona Altos de Chiapas.
Afortunadamente no son todos los casos, pero si es una clara fotografía de que, quienes gestionan recursos para las escuelas, tiene un alcance limitado en poder priorizar necesidades reales que impacten de manera mas significativa en la vida de niñas, niños y adolescentes (NNA) en los entornos educativos.
El PASE, a través de diagnóstico participativos acompaña a los tomadores de decisiones a saber ver las problemáticas entorno a la gestión del agua, higiene y saneamiento además de ofrecer metodologías y herramientas que permitan atacar a las problemáticas desde la autogestión y autoorganización.