A las autoridades comunitarias y municipales
A las autoridades estatales y federales
A las Organizaciones de la Sociedad Civil
A los medios de comunicación
A la población en general
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México; a 13 de julio de 2020
Las organizaciones abajo firmantes tenemos como misión trabajar con y para las comunidades rurales e indígenas de Chiapas, en la construcción de soluciones asociadas a la salud, la nutrición, el acceso al agua y el saneamiento seguros, la economía local, la alimentación, y la equidad de género coincidiendo principalmente en las regiones de Los Altos y Selva. Apegados a nuestra labor de responder ante emergencias sociales derivadas de cualquier índole, y adaptándonos a las circunstancias y sus requerimientos, hemos continuado laborando para hacer frente a la situación actual de contingencia sanitaria ocasionada por la pandemia de COVID-19, la cual ha ocasionado graves repercusiones; a continuación, hacemos un recuento de los hechos recientes para culminar con un llamado a la acción que enfatiza los papeles que deberán asumir la diversidad de actores que señalamos.
En atención a las poblaciones a las que damos acompañamiento directo[1], desde finales de marzo del presente año, diversos actores y organizaciones de la sociedad civil hemos implementado acciones desde nuestras fortalezas y recursos para frenar la expansión del virus que causa la enfermedad COVID-19. En coordinación con las autoridades comunitarias, continuamos con la difusión de información contextualizada respecto a la COVID-19, en los principales idiomas indígenas de la región (tseltal, tsotsil); paralelamente, hemos llevado a cabo acciones específicas de prevención emitidas por la Secretaría de Salud, considerado especialmente el acceso al agua para la higiene de manos y la distribución de alcohol en gel; la entrega de equipamiento básico para la atención de personas enfermas por COVID-19; así como otras acciones que ayudan a mitigar los efectos colaterales de la pandemia, como la distribución de semillas de hortalizas, material de curación y de uso pediátrico, así como el sostenimiento de redes de comercio local y regional.
De manera paralela, el Gobierno del Estado de Chiapas y los ayuntamientos, han llevado a cabo la implementación de la estrategia nacional de combate a la epidemia de COVID-19: Quédate en casa y México con Susana Distancia. No obstante, la estrategia nacional ha sido insuficiente respecto a la cotidianidad de diversos sectores poblacionales de Chiapas, siendo este uno de los estados con la mayor parte de su territorio conformado por comunidades rurales, campesinas, e indígenas;[2] donde existe una compleja dinámica de movilidad laboral intermunicipal, además de la presencia de personas en situación de migración y desplazamiento forzado; donde hace falta buena cobertura de red de internet, acceso a medios de comunicación y telefonía celular; todos estos aspectos hacen inoperable dicha estrategia.
Desde que iniciamos nuestra labor de respuesta a la emergencia sanitaria hemos observado que la falta de información asertiva (o la desinformación) en torno a esta enfermedad ha ido escalando en efectos cada vez más preocupantes, tales como los hechos que exponemos a continuación:
Desde la segunda semana de abril, la reacción de distintas comunidades de las zonas Altos, Frailesca, Meseta Comiteca Tojolabal y Selva, fue impedir el acceso a sus territorios a quienes no habitaran de manera permanente, o bien, condicionaban la entrada a vehículos solamente para motivos específicos; tendencia que también se observó en otros estados de la república mexicana, siendo una decisión autónoma de organización local para enfrentar la pandemia.
El resultado inmediato a causa del miedo por la falta de información asertiva, ha ocasionado una serie de actos violentos en contra de personal que trabaja por la salud desde distintos frentes,[3] así como a inmuebles de gobierno[4] e instalaciones médicas. Muestra de ello es la quema de oficinas gubernamentales y las agresiones físicas al personal de salud en Venustiano Carranza[5] y Guadalupe Tepeyac, municipio de Las Margaritas; así como los incendios provocados a hospitales en Villa Las Rosas.[6]
La desconfianza en los aparatos del Estado mexicano[7] ha trascendido hacia otros actores sociales. Muestra de ello es lo sucedido recientemente a la organización Cántaro Azul en el municipio de Tenejapa, en cuanto a la retención de dos colaboradores durante varias horas, quienes tuvieron como única opción pagar una cuota de $2,000.00 MXN para su liberación; asimismo, por presiones de habitantes de otra localidad, se desmantelaron las estaciones de lavado de manos implementadas en la cabecera del mismo municipio. Los señalamientos en torno a que las actividades de gente externa se realizan para propagar el virus, fueron el común denominador de estos hechos.
Desde la comunicación entre organizaciones que trabajan en estas zonas de Chiapas, y derivado del monitoreo en medios de comunicación locales y nacionales, registramos que la manera de operar la campaña de desinformación consta de mensajes de WhatsApp o Facebook en donde se advierte “no dejarse engañar pues el gobierno tiene que reportar 50 mil muertes al mes y exigen al gobierno de Chiapas cumplir con este requisito, por lo cual solicitan no dejar pasar a los equipos de salud pues el coronavirus se encuentra en las vacunas, el alcohol en gel y las fumigaciones sanitarias”.[8] La prensa publicó también que los mensajes distribuidos hacen énfasis en que no deben acudir a los hospitales porque “están matando a los pacientes”; en otro audio acusan a los gobiernos municipales de tener “un convenio para entregar 60 personas muertas por día”, expandiendo el virus a través de la fumigación; por lo que llaman a no permitir la entrada de las brigadas del personal de salud o de los ayuntamientos.[9]
El registro de acontecimientos similares en estados de la república mexicana[10] como Michoacán, Puebla, Nayarit, y Sonora, demuestra que la estrategia de difusión de información por parte del gobierno federal no ha funcionado en las comunidades rurales, indígenas y campesinas, así como en zonas periurbanas. Es así que, el subsecretario de Prevención y Promoción a la Salud, Hugo López-Gatell, ha reconocido que la desconfianza al sistema de salud mexicano que impera en las comunidades rurales e indígenas, deriva de acciones históricas y estructurales que les han fallado por más de setenta años, consecuencia de esto es que las estrategias de comunicación que se han intentado impulsar no han logrado encontrar ecos en estas poblaciones, pues se generaron contenidos urbano-céntricos y dirigidos a la clase media.[11]
Como antecedente desde la sociedad civil organizada, consideramos de suma importancia indicar que el 20 de abril de 2020 más de doscientas organizaciones, colectivos y redes nacionales e internacionales con presencia en el sureste mexicano, publicaron el Pronunciamiento conjunto por la vida.[12] En el cual se destacó la importancia de realizar un diagnóstico claro de las necesidades de los diferentes territorios de México para garantizar la efectividad del Derecho Humano a la Salud ante la pandemia.
Reconociendo los diferentes roles de la sociedad y el gobierno HACEMOS UN LLAMADO:
A las autoridades de gobierno para que hagan un mayor esfuerzo por combatir la desinformación, generando información oficial relevante, accesible y culturalmente apropiada y sensible sobre la COVID-19, que considere los contextos particulares, los medios de comunicación locales y los idiomas indígenas que existen en Chiapas y México.
A las autoridades de gobierno para que de manera urgente ofrezcan traductoras(es) en los idiomas indígenas en todos los hospitales de las cabeceras de regiones indígenas, para que éstos contextualicen a los pacientes y sus familiares, para informar sobre las medidas necesarias de intervención para pacientes graves; así como los protocolos necesarios en caso de fallecimiento a causa de COVID – 19, en donde se explique por qué no se pueden llevar a cabo los ritos funerarios de acuerdo a las costumbres de cada familia.
A las autoridades de gobierno y a las organizaciones civiles para que diseñemos acciones de atención a la epidemia, en un diálogo constante con las propias comunidades, creando estrategias asociadas a la emergencia sanitaria, diseñadas y consultadas con las propias autoridades municipales y comunitarias, para hacer más eficientes las medidas sanitarias implementadas actualmente, que busquen profundizar la apropiación desde las comunidades rurales e indígenas, y las poblaciones periurbanas de alta marginación.
A las autoridades sanitarias y a las organizaciones para que diseñemos mecanismos de comunicación en red y atención de dudas, ya que las estrategias propuestas actualmente por el Estado mexicano, no contemplan la lejanía de las comunidades rurales y sobre todo las barreras de acceso a señales de televisión, telefonía celular e internet, así como el idioma; esfuerzos indispensables para acercar información culturalmente pertinente, suficiente, clara, oportuna y veraz a las comunidades que así lo requieran.
A las comunidades rurales a no caer en actos de violencia que pongan en riesgo la integridad de las personas, sobre todo de aquellas que genuinamente buscan acercar medidas de atención y contención contra la pandemia.
A la sociedad y el gobierno para reconocer la importancia vital que tienen las formas de articulación y comunicación comunitarias desde sus médicas y médicos tradicionales parteras y las autoridades morales de los pueblos, pues en este momento histórico su colaboración ante la desinformación, puede salvar a poblaciones enteras.
A la sociedad y el gobierno para no politizar la contingencia de la COVID-19, ni aprovechar la situación de desinformación, miedo e incertidumbre para sacar provecho político-electoral de ningún tipo.
A las organizaciones y colectivas para continuar con el monitoreo, la documentación y la atención de la violencia doméstica que está aconteciendo desde el confinamiento en las poblaciones rurales, indígenas y campesinas.
A las autoridades de gobierno y a las organizaciones civiles a generar estrategias para favorecer la soberanía y seguridad alimentarias, ya que la buena nutrición es de vital importancia para hacer frente a la pandemia.
A recuperar la confianza entre todos y todas, pues nos enfrentamos a una situación que nunca antes habíamos vivido y las medidas de atención a la COVID-19 requieren de acciones colectivas, por lo tanto, la desconfianza entre los sectores no permite la realización con éxito de dichas acciones colectivas.
Firman:
Alianza Crecer Juntos-Sitalá; Alianza Pediátrica Global; Alianza por la Salud, la Alimentación y la Nutrición (ASAN); Centro de Capacitación en Ecología y Salud Para Campesinos y Defensoría del Derecho a La Salud (CCESC); Foro para el Desarrollo Sustentable, A.C.; Fondo Para La Paz I.A.P.; Fundación Cántaro Azul A.C.; Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario (IMDEC); YAXALUM CHIAPAS A.C.; Comité Promotor de una Maternidad Segura y Voluntaria en Chiapas (CPMSVCH); Héctor Javier Sánchez Pérez, investigador titular de ECOSUR y miembro de la Red GRAAL (Grupos de Investigación para América y África Latinas).
[1] Poblaciones histórica y estructuralmente vulneradas: comunidades rurales, indígenas y campesinas, habitantes de zonas periurbanas. Todas con un alto grado de carencia de servicios y derechos humanos básicos de salud y agua. [2]Para mayor información consultar: http://sic.gob.mx/lista.php?table=grupo_etnico&estado_id=7 [3]Para más información consultar: https://www.xataka.com.mx/medicina-y-salud/machetes-pobladores-chiapas-exigen-que-no-se-aplique-gel-antibacterial-piensan-que-esta-coronavirus [4]Para más información consultar: https://www.facebook.com/meridianodiario90/videos/578667583061923/ [5]Para más información consultar: https://www.chiapasparalelo.com/noticias/chiapas/2020/06/campana-de-desinformacion-provoca-agresiones-a-personal-e-instalaciones-medicas-y-la-detencion-de-programas-de-salud-y-vacunacion/ [6]Para más información consultar: https://www.facebook.com/meridianodiario90/videos/578667583061923/ [7]Una desconfianza que ha sido construida a lo largo de siglos de marginación, manipulación y represión, que en la coyuntura actual se refleja en el sector salud. [8]Información recabada desde el monitoreo de organizaciones de la sociedad civil que trabajan en el territorio. [9]Puede consultar la información en: https://www.chiapasparalelo.com/noticias/chiapas/2020/06/campana-de-desinformacion-provoca-agresiones-a-personal-e-instalaciones-medicas-y-la-detencion-de-programas-de-salud-y-vacunacion/ [10]Puede consultar la información en: https://www.clacso.org/wp-content/uploads/2020/05/Haro-2020-Dossier-Indigenas-mexicanos-frente-a-la-pandemia-Covid19.pdf [11] Fuente: conferencia “¿Cómo afrontamos la pandemia del COVID-19 en el medio rural y en las regiones indígenas?”, del 17 de junio de 2020, convocada por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER). [12]Para leer el documento completo: https://frayba.org.mx/pronunciamiento-conjunto-por-la-vida/