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Cántaro Azul

El Proyecto Safewater de la Universidad del Ulster: investigación con impacto global

La colaboración transdisciplinar aborda el reto de crear agua potable para todas y todos.

Hace ya nueve años desde que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declarara que el acceso al agua segura es un derecho humano.  Sin embargo, todavía existen 1.8 millardos de personas en el mundo que toman agua contaminada. Además, para el año 2025 la mitad de la población mundial vivirá en zonas afectadas por la escasez de agua.

Es esta brecha entre los derechos y la realidad en la que se enfocan los investigadores de Safewater, coordinados por la Universidad del Ulster.  Safewater es un centro transdisciplinar para abordar los problemas causados por la contaminación del agua.

John Anthony Byrne, profesor titular de fotocatálisis en la Escuela de Ingeniería de la Universidad del Ulster, coordina un proyecto de investigación de £6 millones de libras esterlinas, el cual ha sido financiado parcialmente por el Fondo de Investigaciones para los Retos Globales (GCRF, por sus siglas en inglés).  Este proyecto tiene como finalidad desarrollar tecnologías sostenibles y de bajo costo para suministrar agua potable a comunidades rurales de Colombia y México.

Safewater espera mejorar la salud de esas comunidades llevando 250 litros diarios de agua potable a cada hogar.  Aproximadamente 1.000 niños mueren diariamente por enfermedades prevenibles causadas por la falta de agua potable y saneamiento.  Así, el equipo de investigación medirá resultados de salud, principalmente en niños menores de cinco años. Las medidas para evaluar el éxito del proyecto incluyen el crecimiento, el peso y la incidencia de enfermedades diarreicas.  

Los métodos tradicionales para el tratamiento de agua no pueden descontaminar todo el volumen de agua que se requiere a menos que exista una infraestructura grande y costosa.  “Si no se suministra suficiente agua potable para cocinar, limpiar y beber, entonces, la gente va a comenzar a traer agua de fuentes diferentes [y potencialmente inseguras], lo cual va en contra del propósito del proyecto,” declaró el profesor Byrne.   

Entre los objetivos de Safewater se encuentra la construcción de un sistema de filtración que no dependa del usuario para que funcione eficazmente – algo tan sencillo como abrir un grifo.  El profesor Byrne expresa que en el Reino Unido la gente por lo general no sabe cuál es el tratamiento que recibe el agua, “entonces, ¿por qué tenemos que esperar que la gente que tiene muchos más problemas que el del agua lo entienda y que se comprometa con una intervención que le exija llevar a cabo ciertos pasos para obtener agua potable?”  

Su equipo está conformado por académicos de diversas disciplinas de la Universidad del Ulster, la Universidad de Medellín en Colombia, la Universidad de San Pablo en Brasil, tales como, nutrición y salud, psicología del comportamiento, microbiología, ingeniería, química y empresas.  Este grupo desarrollará tecnologías de descontaminación, que, si se comprueban que sean efectivas, podrían ser replicadas en otros países de medianos y bajos recursos; esto, a la par de enfoques conductuales que aseguren su adopción exitosa.

El grupo también incluye organizaciones no gubernamentales – el Centro de Ciencia y Tecnología de Antioquia (CTA) en Colombia y Cántaro Azul en México – que tienen experiencia trabajando con las comunidades locales para buscar soluciones a problemas como el del agua potable.  “Entablar el acercamiento con las poblaciones rurales en Colombia y México no es fácil,” dice el profesor Byrne. “No se puede simplemente ir a las comunidades. Hay que comenzar por crear confianza.” 

Safewater también está diseñando dispositivos electrónicos para evaluar la contaminación del agua fuera del laboratorio de microbiología.  Los equipos de pruebas móviles de la actualidad tardan hasta 24 horas para procesar las muestras y generalmente se requiere de entrenamiento técnico del usuario para su uso.   Los dispositivos de Safewater enviarán la información de las muestras de agua por redes móviles a un laboratorio a distancia para llevar a cabo el monitoreo de esta manera.  Una luz verde o roja indicará si el agua está contaminada o no. “Esto es realmente fascinante porque si esto se pudiera hacer a un bajo costo y sin la necesidad de una gran experticia técnica, una persona podría rápidamente decir si la fuente de agua es segura para beber o no,” dice el profesor Byrne.  

Si los sistemas que Safewater desarrolle mejoran la salud de las comunidades rurales y aún se usan después de finalizado el proyecto, el profesor Byrne indica, que eso se consideraría como un éxito.  Con académicos de la Escuela de Empresas de la Universidad del Ulster diseñando modelos que aseguren la longevidad del proyecto, se espera que las comunidades también se beneficien económicamente del estudio.  

Todo esto es posible porque el proyecto fue diseñado sobrepasando las barreras geográficas y disciplinares, como lo explica el profesor Byrne.  “Consiste en mirar esta situación juntos desde un principio, en vez de tener a mucha gente trabajando individualmente en sus disciplinas, [lo cual conllevaría] hacia una solución que no fuera aceptada por las comunidades.  Tenemos que considerar las necesidades de las comunidades desde el principio. Esa es la base de la investigación transdisciplinar.”





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