La problemática
Cuando estás en tu casa, en la escuela o en el trabajo,
¿De dónde tomas el agua? ¿A dónde vas al baño?
¿Tienes acceso a ambientes que favorecen tu salud?
En México existe una gran brecha de desigualdad en torno al acceso a servicios adecuados y apropiados de agua y saneamiento, así como en la procuración de ambientes saludables: brecha entre lo rural y lo urbano; entre los estados del Norte y del Sur del país;
entre hombres y mujeres; entre el tipo de escuelas, etc.
Los datos oficiales con respecto a la cobertura de agua y alcantarillado son muy alentadores. La CONAGUA indica que el 94.4% de la población cuenta con agua entubada en la vivienda o predio; y la cobertura nacional de alcantarillado a red pública o fosa séptica es del 91.4% (CONAGUA, 2018). En las zonas rurales los porcentajes bajan al 85% en agua entubada y 74.2% en alcantarillado.
Sin embargo, estos datos muestran una realidad parcial: únicamente reflejan la infraestructura instalada. Los datos no muestran las carencias en calidad y disponibilidad de agua, la falta de sanitarios dignos y de tratamiento de aguas residuales, así como las brechas de desigualdad que viven millones de personas en México.
Algunas cifras que ilustran esta brecha:
Se estima que, en México, sólo el 43% de la población cuenta con agua segura (fuente mejorada, disponible, salubre) (UNICEF/OMS 2017).
Según datos del Censo a Escuelas, Maestros y Alumnos de Educación Básica del INEGI, en México hay alrededor de 25 mil escuelas en México – 1.7 millones de alumnos – que no tienen acceso a una red pública de agua.
En el ámbito rural, sólo el 42.6% (el 30.8% en Chiapas) cuentan con agua todos los días con excusado exclusivo y conexión a red de drenaje o fosa séptica.
(Encuesta Nacional de Hogares, 2017)
Tan solo el 14% de las escuelas indígenas multigrado y comunitarias cuentan con algún medio para asegurar a niñas y niños el acceso a agua para consumo humano.
(INEE 2016).
Las consecuencias
Salud
La falta de agua segura y de ambientes saludables provocan enfermedades gastrointestinales, las cuales:
Son una de las primeras causas de muerte en menores de 5 años en el mundo.
Son responsables del 50% de la malnutrición infantil (Secretaría de Salud, 2013).
Incentivan el alto consumo de bebidas azucaradas, mismas que causan:
Aumento en los índices de sobrepeso, obesidad y diabetes, (especialmente entre la población infantil), los cuales también son indicadores de malnutrición (Instituto Nacional de Salud Pública, 2012).
Educación
La malnutrición infantil tiene un impacto sobre el desarrollo físico y mental de niñas y niños y su desempeño académico, reforzando el círculo de marginación social (Fadda et al., 2012; Grandjean & Grandjean, 2007)
Proveer de agua apta para consumo humano en escuelas, reduce la tasa de ausentismo escolar entre el 20% y el 26% (Jasper, 2012; Blanton et al., 2010)
Desarrollo Sostenible
Que una personas o familia logre explotar todas sus capacidades depende del ejercicio pleno de su Derechos Humanos, mismos que están siendo limitados por los retos asociados a los efectos del cambio climático, la escases de agua, la deforestación, la desecación de manantiales, la falta de infraestructura, el incremento y dispersión de la población, las elevadas tarifas de luz, las enfermedades por consumo de agua contaminada, la inequidad de género en la toma de decisiones, entre otras; reducen la posibilidad de gozar del Derecho Humano al Agua y Saneamiento a las poblaciones rurales de México, pero principalmente de Chiapas.